Una compra millonaria de insumos que no llegaron a un hospital completamente desabastecido, que seguía funcionando gracias a donaciones. Negociados y abandono estructural de la salud como marca de gestión
Sábado 03 de octubre de 2020 | 13:23
Hace algunos días el gobernador Axel Kicillof expresó que la gestión de María Eugenia Vidal había “hecho bandera” de no abrir nuevos hospitales en la provincia. Esa afirmación podría extenderse de los nuevos hospitales que no se hicieron a los existentes que se dejaron abandonados a su suerte, y de la ex gobernadora a quien fuera su pareja, Ramiro Tagliaferro. El ex Intendente macrista dejó una deuda de mil doscientos millones de pesos en el Municipio, lo cual representa aproximadamente todo el saldo disponible para un año completo de ejercicio luego de pagar salarios y gastos municipales, según informaron a Diagonales desde la gestión de Lucas Ghi. Pero no solo las deudas caracterizaron al “Intendente más corrupto de todo la historia de Morón”, tal como lo calificó en recientes declaraciones radiales el actual Secretario de Gobierno municipal, Diego Spina. También hubo un festival de compras polémicas, con sobreprecios, proveedores amigos de dudosa procedencia, y mercadería que nunca llegó a destino.
MORÓN Tremendo informe de la TV sobre la corrupción en la gestión Tagliaferro
El sector de la salud fue uno de los más afectados. El Hospital de Morón tuvo un año 2019 crítico, especialmente desde las PASO en adelante, meses en los que sobrevivió en terapia intensiva gracias a la resistencia de sus trabajadores y trabajadoras y a los recursos que lograron conseguir por donaciones. Faltantes de medicamentos, insumos hospitalarios, alimentos, y mantenimiento de las instalaciones y el equipamiento eran moneda corriente y motivo de reiterados reclamos de los profesionales de esa casa de salud, que llegaron incluso a recursos de amparo frente a la Justicia. Diagonales conversó en exclusiva con el actual Secretario de Salud, Martín Latorraca, el Director del Hospital, Jacobo Netel, el presidente de la Asociación de Profesionales del Hospital, Hernán Bermejo, y el Concejal José María Gayoso.
LA COMPRA DE $2.534.173 EN MEDICAMENTOS QUE NUNCA LLEGARON
El 2 de septiembre del año pasado, apenas unas semanas después de los más de siete puntos de diferencia que el FDT le había sacado en las PASO a Tagliaferro, la Dirección General del Hospital de Morón encargó la compra 21.459 medicamentos e insumos hospitalarios. El área ejecutora de la solicitud fue la Secretaría de Salud del Municipio, a través de la licitación privada número 118/19. Resultó adjudicataria de la licitación la empresa DNM Farma S.A., una farmacéutica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por un monto total de $2.534.173,64.
El primer elemento curioso del caso es lo vertiginoso de la aprobación de la compra en cuestión. La operación demandó once trámites en el Departamento Ejecutivo, que se resolvieron en el tiempo récord de tres semanas, cuando un procedimiento de estas características suele demandar al menos dos meses según informaron fuentes municipales. La buena fe del lector podrá atribuir lo expeditivo de la resolución a la necesidad que imperaba en el Hospital de contar con los insumos. Pero la realidad es que dicha mercadería parecería haberse esfumado en el aire.
Tal como denunció el Concejal del FDT José María Gayoso en la sesión del Concejo Deliberante en la cual se rechazó la rendición de cuentas de la gestión anterior debido a todas estas irregularidades, una de las condiciones de la compra por parte del Municipio era que los medicamentos e insumos fueran entregados en el Hospital. Así estaba pautado en la licitación. Sin embargo, los remitos de entrega fechados el 24 de septiembre muestran la dirección Carlos Pellegrini 622, donde funcionan algunos consultorios externos del Hospital y la Dirección de Organizaciones y Participación Comunitaria del Municipio. “No existe obrante de recepción en el Hospital de Morón que demuestre que dichos insumos llegaron a la institución” expresó Gayoso. Y remató “Hay dos posibilidades, nunca llegaron al Hospital, o se los robaron en el camino”. En el expediente figura que los artículos fueron recibidos bajo la firma de una persona de apellido Lopetegui, con el Legajo número 285434, y junto a esa firma se encuentra la del ex Secretario de Salud del Municipio, el doctor Jorge Morón. La máxima autoridad sanitaria del distrito refrendó una entrega irregular que no cumplía las obligaciones expresadas en la licitación.
El círculo se cerró el 19 de noviembre pasado cuando, tres semanas después de la confirmación de los resultados de las PASO en las elecciones generales, y con la certeza de que abandonaría el poder, la gestión Tagliaferro efectuó el pago de los más de dos millones y medio de pesos. Al día de hoy no se sabe qué pasó con los medicamentos e insumos hospitalarios en cuestión, y los meses siguientes a la entrega en el domicilio de Carlos Pellegrini fueron los más duros en términos de faltantes para trabajadores y trabajadoras del Hospital. Esta denuncia y varias más fueron desconocidas por la ex gestión macrista, cuyos concejales ni siquiera se presentaron a la sesión del Concejo Deliberante en la que se trató su propia rendición de cuentas. A confesión de partes relevo de pruebas. Hoy, se encuentran en instancia de revisión por parte del Tribunal de Cuentas de la provincia, y una vez que éste se expida podrán derivar en presentaciones judiciales que podrían complicar a las ex autoridades por malversación de fondos públicos.
ABANDONO ESTRUCTURAL Y DESABASTECIMIENTO
“La situación es mucho más compleja y estructural que esa compra, encontramos una gran cantidad deudas con proveedores y por otro lado el Hospital totalmente desabastecido. El abandono se intensificó en los últimos dos años de la gestión de Tagliaferro, y en los últimos meses se agudizó en extremo” le dijo a Diagonales el Secretario de Salud de Morón, Martín Latorraca. “Fueron frenando el hospital en forma periódica y sostenida, y los servicios de a poco fueron trabajando cada vez menos. En el 2019 prácticamente no se hicieron cirugías programas, los partos fueron disminuyendo al punto de no poder recibir un embarazo de término, se los tenía que derivar desde la guardia. Un Hospital con el freno de mano puesto, a media máquina, e incluso así no alcanzaban los insumos. No había anestésicos, no había antibióticos, no había diclofenac, reliveran. Yo fui siete años director de distintos hospitales, y nunca vi una situación así, de no tener nada, tener equipos parados porque no se les hacía mantenimiento, ascensores que no se les hizo mantenimiento una sola vez en cuatro años”, agregó.
Pero el problema no fue exclusivo del Hospital. Los centros de salud también se vieron afectados por el desabastecimiento. Latorraca recuerda una visita en diciembre al Centro Favaloro, que estaba recién inaugurado en octubre, donde “todo lo que había eran muestras médicas conseguidas por los laburantes con los laboratorios, pero ni un insumo pagado por el Municipio o algún programa provincial o nacional”.
“En el Hospital se llegó al stock cero de elementos indispensables” le contó a Diagonales Jacobo Netel, quien fuera Director del Hospital hasta el cambio de gestión en 2015, y que actualmente ocupa de nuevo ese cargo. “Cuando cambió la gestión en 2015 el Intendente Lucas Ghi nos planteó una orden clara de dejar stock en el hospital como mínimo para seis meses, para que a las autoridades entrantes no les faltara nada. Con lo que les dejamos funcionaron casi todo 2016” expresó, diferenciando la actitud de las dos gestiones. “En el último tiempo, también se vio muy afectado el mantenimiento de equipos, se fueron rompiendo aparatos de diagnóstico por imágenes, laboratorio, audiometrías, y se reparaban cosas en parte pero la mayoría fueron quedando en desuso. Hay equipos de seguridad, por ejemplo, que cuando se corta la luz hacen activar los equipos electrógenos, y funcionan con baterías que nunca se cambiaron. Estuvimos haciendo un relevamiento ahora y hay que invertir una fortuna en eso porque son equipos importados, que nunca tuvieron mantenimiento, y hay que reemplazar casi la totalidad de esas baterías. Dejaron abandonado todo, no se mantuvo nada” sentenció. Entre los equipos dañados había tres de los diez respiradores que tenía el hospital, que al momento de cambio de gestión no funcionaban.
La Asociación de Profesionales del Hospital fue un elemento central para sostener el funcionamiento de la casa de salud después del abandono post electoral del año pasado. Así lo describió a Diagonales su presidente, Hernán Bermejo: “Todo fue elecciones dependiente. Cuando el PRO ganó las elecciones 2017 y lograron la mayoría en el concejo, se vinieron con todo para ajustar. Y en 2019 cuando pierden las PASO por paliza, ahí le soltaron la mano a salud y al Hospital. Y el Hospital empezó a caerse en picada. Hacia fines de agosto ya no había reposición de muchísimas drogas y medicamentos, y de repente nos encontramos con que en una guardia no había anestésicos para anestesiar a una paciente grave que tenía que operarse. A partir de ahí fue una catarata de listados con stock 0 en Farmacia semanalmente”. La falta de insumos fue tal que generó la presentación de recursos de amparos frente a la justicia por parte directores y jefes de servicio, ante la imposibilidad de garantizar una atención apropiada a la ciudadanía.
“Cuando se estaban acercando las definitivas de octubre le empezaron a echar la culpa a la gente de farmacia, y dieron a entender que en el Hospital había robo de insumos. Decían que ellos estaban poniendo un montón de guita y no se veía reflejado por eso. Y empezaron a decir que nuestros planteos eran un boicot político. Cuando pierden en octubre directamente dejaron de gestionar el Hospital. No venía el Director, y la Asociación de Profesionales casi que te diría que asumió la conducción del hospital de manera interina” cuenta Bermejo. “Llegamos al 10 de diciembre pidiendo donaciones. Hicimos una marcha multitudinaria donde marchamos trabajadores, pacientes, marchó gente de todos los partidos políticos. Yo tengo compañeros que votaban al PRO pero veían lo que había sido la catástrofe del hospital. Y directamente no teníamos interlocutor. Nos manejamos con donaciones de la gente, los padres del jardín de mi hija hicieron una vaquita y me dieron una compra de artículos de librería porque los médicos no teníamos donde hacer recetas. Drástico absolutamente” concluyó.
Los insumos médicos no eran lo único que faltaba. Los entrevistados contaron cómo en los últimos meses se tuvieron que limitar las raciones de comida en el Hospital debido a la falta de provisión de alimentos. La nueva gestión se encontró con que hasta el panadero había dejado de entregar pan a la casa de salud debido a las abultadas deudas que la gestión Tagliaferro mantenía con él.
OBRAS PARALIZADAS
A fines del 2015 se había terminado la primera etapa de la remodelación del Hospital, que debería haberse concluido en 2018. “Nosotros pensamos toda la construcción a nuevo del Hospital en tres etapas, porque tenía que seguir funcionando durante toda la obra. Se hizo la primera etapa, un edificio de seis pisos donde están todos los servicios de internación y los quirófanos, que se hizo con fondos de Nación. Después llegamos a demoler la parte correspondiente a la segunda etapa y ahí vino el cambio de gestión, y la obra quedó paralizada” explica Latorraca.
Se refiere una parte del predio que hoy funciona como un estacionamiento, y donde frente a la pandemia se montaron estructuras de emergencia para tratar a los pacientes de COVID. “Tenés un edificio que es un orgullo, y al lado eso que estuvo estos cuatro años como un baldío. Nosotros ahí armamos los dos módulos sanitarios donde está toda la estructura de guardia COVID. Es una obra que quedó cuatro años totalmente parada” agregó Latorraca.
NEOLIBERALISMO, SALUD PÚBLICA Y PANDEMIA
Con el diario del lunes resulta evidente que el abandono del Hospital y el sistema de salud pública en general significó un elemento determinante en el duro revés electoral que sufrió Tagliaferro el año pasado. Consultado sobre esta situación, el actual Secretario de Salud expresó que “es así como sienten la función del Estado. No es que el Estado era muy grande, sino que al macrismo le sobraba Estado. No sienten que la salud sea un derecho, entonces el Estado no lo tiene que garantizar. Las obras que abrieron y no terminaron en hospitales de la provincia uno de los objetivos que tenían era frenar el laburo de los hospitales. Parte de la estrategia de disminuir la capacidad operativa en salud era para después no tener que ponerle más guita. Hubo un movimiento progresivo para que los servicios pudieran ir dando cada vez menos respuesta, y a su vez eso insumiera menos presupuesto”.
Latorraca diferencia la gestión que comenzó el diez de diciembre con su antecesora y manifiesta que en la situación de pandemia “encontramos una gran coordinación entre Nación, provincia y Municipios, que no es algo que se de siempre. Mucha articulación entre los distintos niveles municipales, todos tirando para el mismo lado. Tuvimos que armar dispositivos nuevos que no existían, como el aislamiento en hoteles, el seguimiento domiciliario por teléfono que atendió a unos cinco mil pacientes que cursaron la enfermedad íntegramente en sus domicilios, desde el hisopado. Y creemos que esa es una de las causas por las que no estalló el sistema municipal, pudimos contener mucha gente ahí. Todo el personal de salud desde cada lugar colaborando y tirando para adelante. Se logró una muy buena articulación entre los servicios y niveles” concluyó.