En diálogo con El diario, el referente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) seccional Morón Sergio Souto analizó el escenario abierto en el país por el primer mes de gobierno macrista. La honda preocupación de los trabajadores y los motivos del rechazo a la convocatoria que pergeña el gobierno nacional.
Por Javier Romero // Jueves 14 de enero de 2016 | 10:50
Souto, ¿qué abarca la regional de la UOM?
- Abarca toda la franja de Marcos Paz, Merlo, Moreno, Padua, Castelar, Morón, Ituzaingó, Palomar, el largo de esa franja desde Marcos Paz hasta Hurlingham y hasta la avenida Don Bosco que divide lo que es La Matanza con Morón.
¿Cuántos afiliados tienen? ¿Fue en aumento la cifra?
- 6 mil afiliados. Fue en aumento a partir del 2001, aumentó un 50% hasta ahora. Toda la UOM pasó de 50 mil afiliados a nivel nacional a hoy 350 mil y seguramente Buenos Aires fue una de las que marcó ese aumento de afiliados.
¿De dónde venís, dónde trabajaste?
- Yo pertenezco a Ternium Siderar. Empecé trabajando haciendo copias heliográficas en una empresa contratista a los 15 años. Terminado el secundario ya con 18 años ingresé a la compañía primero por agencia y después quedé efectivo en 1991. A partir de ahí pasé por todos los sectores de la fábrica y fui cuatro años delegado, desde el 2004 hasta el 2008, y en el 2008 pasé a la seccional en la secretaría gremial. Desde 2012 hasta ahora estoy en la secretaría adjunta a cargo de la seccional. A partir de ese desempeño de delegado, empecé a cursar la Licenciatura en Relaciones de Trabajo en la Universidad de La Matanza, por lo cual soy técnico en relaciones de trabajo y me faltan seis materias para la licenciatura. Al descubrir esto, me nació algo que nunca había podido hacer. Cuando pasé a mantenimiento, que tiene un horario más normal, empecé a cursar la carrera.
¿Notas algún cambio en la participación gremial estos años de parte de la gente? ¿Cómo estás viendo eso?
- Creo que hay una mayor participación en la política, eso se vislumbra claramente, después creo que los gremios somos parte de esa transformación que aun tenemos que seguir dando, yo creo que es un trabajo que lo tenemos pendiente, y que tiene que ver también con esa etapa de los 90 donde un poco la actividad gremial mermó en virtud del desempleo. Hoy el recambio generacional de los trabajadores que evidentemente se da y es normal que se de, nos permite observar que no existe hoy en lo jóvenes el sentido de pertenencia desde el inicio de la actividad laboral que sí existió en nuestros padres, abuelos, en virtud de una etapa historia del país de una injerencia del movimiento obrero trascendente en la vida institucional del país, y a partir de ahí la conciencia de los trabajadores de la acción gremial en todos los ámbitos que les ha tocado. En esta nueva etapa nos corresponde trabajar para que vuelva a existir el sentido de pertenencia, para que los trabajadores se integren a sindicales mucho más, por eso algunas de nuestras acciones como la creación de la asociación política Saúl Ubaldini, que permite que los trabajadores de base sean participativos, ya no es solamente una cuestión de la actividad sindical, con las defensas de los derechos de los trabajadores en los establecimientos, sino que vamos un poco más allá, que es la participación de los trabajadores y la organización sindical presente donde viven los trabajadores. Nosotros creemos que la organización sindical tiene que abrir las puertas para que nuestros compañeros metalúrgicos puedan desarrollar la política en cada uno de los barrios, teniendo la política como la herramienta para solucionar los problemas de la comunidad.
¿Cómo ves la necesidad de que la pelea no sea sólo gremial, sino también política?
- Creemos que hubo un aislamiento de pensamiento en virtud de lo que los trabajadores necesitan y cuál es la virtud para lograrlo. Hoy nosotros charlamos en los establecimientos para que el compañero entienda que la solución de los problemas de fondo como puede ser la pobreza, o miles de dificultades, se va a dar mucho más rápido y mejor si representantes de los trabajadores ocupan un espacio en lo lugares de decisión, llámese cámara de diputados, de senadores, cualquier función pública. No hay que disociar esta cuestión. La UOM fue partícipe activa en el regreso del general Perón a Argentina, el movimiento obrero es la columna vertebral del peronismo. ¿Cómo los trabajadores no van a ser partícipes de la vida institucional del país? Por supuesto seguramente habrá matices, cuestiones para ponerse de acuerdo puertas adentro, pero el movimiento obrero tiene que ser partícipe activo, con directrices claras, para que este sea un país que siga manteniendo los derechos de los trabajadores.
¿Cómo están viendo la nueva etapa política?
- Con preocupación, intentando ser objetivo. Si bien hace poco asumió el nuevo gobierno, no hemos encontrado una sola acción en beneficio de los trabajadores. Me parece incorrecto plantear o deslizar ahora el tema de un pacto social porque para que haya un pacto social deberíamos haber arrancado todos los actores de cero, y acá todos los trabajadores estamos partiendo de la consecuencia de la devaluación, los aumentos de los precios, acciones para el libre comercio. Entonces quienes representamos a los trabajadores y los trabajadores mismos tenemos una gran preocupación. Esa sería la palabra para este momento.
¿Qué están evaluando con los laburantes previo a sentarse para las paritarias?
- Para ser sincero, nosotros estamos analizando la situación y me parece que está claro que no va a ser una situación fácil porque realmente si queremos mejorar el poder adquisitivo y los salarios todo se vislumbra a una negociación compleja. En virtud de lo que estamos observando, yo creo que está claro que los porcentajes de aumento salariales que se solicitarán, tiene que estar por encima de lo que se acordó el año pasado (28%). Ese es un parámetro. Hasta octubre creíamos que íbamos a estar a uno o dos puntos por encima de la inflación, pero me parece que estamos terminando con tres o cuatro puntos por debajo de lo que fue la inflación.
Un problema de doble pinza es la apertura indiscriminada, los precios estaban en dólares y el dólar está más caro para los empresarios del sector. También ellos presentan una situación difícil porque se les achica el mercado, suben los costos y encima van a tener que afrontar una demanda salarial como la que venían teniendo estos años. Creo que estas realidades son parte de la irresponsabilidad de creer que la economía no es integrada la economía es un conjunto de factores. Plantear “hay que levantar el cepo, hay que devaluar”, creyendo que esas medidas benefician a todos los sectores es plantearse una mentira: cuando uno devalúa, todo lo que es insumo de importación aumenta y aumentan los costos, cuando uno abre no tiene ninguna restricción para que entre mercadería de otros países, perjudican a la industria nacional. En esa lógica nos basamos para decir que estamos preocupados y para decir que todavía no hubo una sola medida en favor de los trabajadores. Hay que decir que defender la industria nacional, generar la posibilidad de que las empresas crezcan, también va en favor de los trabajadores.