Según las estadísticas, el uso del casco puede disminuir hasta en un 70% las lesiones severas y reducir en un 40% la probabilidad de fallecimiento en caso de siniestros viales. A pesar de su obligatoriedad, la falta de casco sigue siendo una de las infracciones más recurrentes detectadas en los controles vehiculares.

La normativa legal vigente establece que solo dos personas pueden viajar en una motocicleta y que el casco utilizado debe cumplir con requisitos de homologación, además de tener una vida útil limitada de entre tres y cinco años. Estas medidas buscan garantizar la seguridad de los motociclistas y reducir el impacto de los accidentes.

El perfil predominante de quienes sufren siniestros viales en motocicletas corresponde a hombres de entre 15 y 34 años, representando 9 de cada 10 casos. Ante esta situación, el Gobierno local intensifica la educación vial mediante acciones concretas, como notificar a las estaciones de servicio que no deben cargar combustible a conductores que no utilicen casco.

Además, la campaña se desarrolla en colaboración con la organización "Estrellas Amarillas," creada en memoria de las víctimas de siniestros viales. El objetivo es ampliar la difusión de información y concientizar sobre las consecuencias fatales de la imprudencia en el tránsito.

Con la reciente adhesión a la Ley de Alcohol Cero, se recuerda que los conductores de motocicletas están sujetos a las mismas normativas que las y los de otros vehículos. En este contexto, la Dirección General de Capacitación y Educación Vial enfatiza que el respeto por las normas de tránsito y la convivencia en el espacio público son esenciales para proteger la vida de todas las personas.

“Usá casco. Salva vidas” busca reforzar la idea de que la seguridad vial es una responsabilidad compartida. El uso del casco no solo es un acto de cumplimiento normativo, sino también un compromiso que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.