Para ello, ha diseñado una metodología que permite describir las situaciones de vulnerabilidad de las localidades turísticas. La misma constituye el insumo necesario para la gestión del riesgo.

Esta metodología presenta escasa dificultad para ser aplicada en los municipios turísticos, y solo se requieren “la guía”, la disponibilidad de Internet para hallar la información y 6 horas de capacitación on line.

De modo cada vez más evidente, el calentamiento global está modificando los patrones climáticos en diversas regiones geográficas del mundo y también de la Argentina. Con ello, se generan nuevas situaciones de peligrosidad climática, ya que incrementa progresivamente la altura del nivel del mar, la temperatura de las aguas oceánicas más superficiales y, a la vez, la intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos. Uno de estos, en el litoral bonaerense, son las denominadas sudestadas que generan ondas de tormentas con mareas altas en lapsos de tiempo muy cortos, que impactan en las playas causando cambios en la morfología de las costas y el corrimiento de la línea de playas en los frentes urbanos de las localidades allí asentadas, con pérdida y destrucción de la infraestructura urbana. Más grave aún es para los lugares turísticos que pierden el atractivo “playa” y en simultáneo el equipamiento turístico que permite la realización de la actividad económica.

Por tanto, las predicciones acerca del Cambio Climático pronostican para las zonas costeras de la provincia de Buenos Aires situaciones de riesgo. En una situación de riesgo convergen dos factores claves para tener en cuenta: las amenazas naturales y la vulnerabilidad de las poblaciones expuestas a ellas. Las amenazas no dependen de la voluntad humana, pero sí el incremento o la disminución de la vulnerabilidad social, por tanto, a tales factores se adicionan la resiliencia de las poblaciones y la gestión del riesgo.

En esta línea argumentativa es imperativo realizar diagnósticos de los riesgos de desastres hoy, porque las predicciones ya son realidades. El aumento del Nivel Medio Marino (NMM) se mantiene dentro del rango de 10 a 20 mm/siglo; sin embargo, las tasas de aumento registradas en las últimas décadas han llegado hasta 2 o 3 mm/año, con lo cual se infiere un aumento de la vulnerabilidad natural en costas bajas, más expuestas al aumento de ondas de tormenta y a procesos de erosión costera, al generarse condiciones de desequilibrio geomorfológico.