Siendo suplente desde la temporada 2018-2019 en adelante, pasando en todo ese lapso Walter Otta, Alejandro Méndez en dupla con Walter Pico, Alejadro Migliardi -Sibelli, Cacho Sialle, Lara-Sibelli, Lucas Bovaglio, Alejandro Orfila y en la actualidad Walter Coyette.

Aún siendo uno de los jugadores mejores pagos del plantel en todos estos años nunca demostró estar a la altura de la Primera Nacional aún en otros clubes y con menos años encima como su paso por Ferro y Gimnasia y Esgrima de Mendoza.

Catalogado como ídolo, por una gran cantidad de hinchas por ser el máximo goleador y el que más partidos jugó, dilapida su historia con un presente que está lejos de lo que el fútbol, cada vez más físico, demanda y denota que es una sombra de lo que fue.

Los hinchas que vivieron más cosas y cargan más años sobre sus espaldas dijeron basta para mí y se abrió la grieta entre sus detractores con causa y sus defensores a ultranza. No parece importarle demasiado al que en otros tiempos supo inflar redes y al que la actual Comisión Directiva decidió en Enero del corriente año extender su vínculo por un año más.

Los más memoriosos recuerdan el conflicto con Blas Giunta en el año 2014.

Por estas horas la mayor preocupación es que el club fundado en 1947 cambie de nombre y pase a llamarse Deportivo Akerman.

El muchacho que ya cumplió 42 abriles asume en voz baja que ya no está a la altura pero…, como decían los abuelos, "poderoso caballero es don dinero”, lo aferra a seguir jugando.

Cualquiera sea el final de la historia el daño al club ya está hecho y no es culpa de Coyette precisamente.