Los trabajadores y trabajadoras del Hospital Nacional Posadas no se resignan a quedarse de brazos cruzados mientras a su lado 122 familias quedan en el camino, dejadas abruptamente sin su fuente de subsistencia.

Este viernes por la mañana se realizará en el Hospital una asamblea abierta a los fines de consensuar las acciones a seguir frente a la negativa oficial a rever los despidos masivos.

La convocatoria es desde las 9 en el hall central del centro de salud emplazado en El Palomar.

Trabajadorxs en lucha contra la ola de despidos.

El llamado a la lucha es formulado por la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Ciccop) y el Sindicato Trabajadores de la Salud (STS); se sitúa en las antípodas de la (in)acción -o franca complicidad- de ATE Morón, referenciada en Darío Silva.

Entre los 122 trabajadores y trabajadoras que este martes fueron cesanteados por la Dirección General del Posadas sin previo aviso y sin una comunicación formal, arrojada súbitamente a una lista oscura, se encuentra Karina Almirón, técnica inmunohistoquímica que determina los tratamientos que deben seguir los pacientes con cáncer.

Martes negro

El martes 16, los trabajadores y trabajadoras se autoconvocaron en asamblea desde temprano ante la ola de versiones sobre despidos masivos. Cuando el río suena...

Pocas horas después, el run run se había transformado en una triste realidad para 122 profesionales, trabajadores y trabajadoras altamente calificados, con más de 15 y 20 años de antigüedad.

Una de las resoluciones de la Asamblea fue ir a dirección a pedir la nulidad de la resolución y la reincorporación inmediata de todos los despedidos. Empezaba la resistencia.

Al estallar el conflicto, el Ministerio de Seguridad conducido por la inefable Patricia Bullrich desplegó un fuerte operativo con la Policía Federal y la Gendarmería blindando las salidas y el piso donde tienen sus oficinas las autoridades.

El director general de Asistencia Medica, Jorge Palmieri, no daba respuestas sobre la decisión de despedir pero sí se había ocupado de llamar al Servicio de Infantería de la Federal y a Gendarmería para que de ser necesario reprimiera a los trabajadores que realizaban su justo reclamo...

El interventor del hospital, Pablo Bertoldi Hepburn, directamente, no dio la cara.