El hallazgo se produjo el viernes pasado, cuando una cuadrilla de trabajadores realizaba una remoción de tierra en la zona donde se instalaría el Centro de Integración Comunitaria. La obra está proyectada en un terreno ubicado detrás del edificio principal del hospital y del barrio Carlos Gardel. Según se informó, mientras los obreros cavaban en un perímetro de alrededor de 5 metros por 5 metros, encontraron un hueso que, por su apariencia, sería humano.

Los responsables de la obra dieron cuenta de esto a las autoridades del Posadas, quienes a su vez notificaron del hecho al Juzgado Criminal y Correccional Federal N°1. Y debido al antecedente del centro clandestino de detención que funcionó a escasos 30 metros de allí, también a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Así lo indica el comunicado interno fechado en el día de ayer y firmado por el director del hospital, Pablo  Enrique Bertoldi.

A continuación, El diario reproduce el comunicado oficial:

Sin embargo, a pesar de la relevancia que podría revestir el hallazgo, “no se están tomando las medidas de resguardo propias de lo que sería una prueba de delitos de lesa humanidad”, advirtió a Página/12 Zulema Chester, integrante de la Dirección de Derechos Humanos del hospital e hija de Jacobo Chester, una de las víctimas del Posadas. Según su relato, la custodia de estos días estuvo a cargo de “dos agentes de la Policía Federal, dentro de un patrullero”.

La sospecha no solo es que el o los huesos encontrados puedan ser de una víctima de la dictadura, sino que allí exista una fosa común donde se depositaron a los secuestrados y torturados en el predio del Posadas. En el juicio por delitos de lesa humanidad ocurridos allí se reconstruyeron los casos de 21 víctimas, seis de las cuales permanecen desaparecidas. Las imputaciones incluyeron privación ilegal de la libertad y tormentos, pero no hubo imputaciones por homicidios. Sin embargo, el hallazgo de las últimas horas podría abrir un capítulo revelador en la investigación por memoria, verdad y justicia.

Para la Dirección de Derechos Humanos del Posadas, este hecho “confirma la necesidad de avanzar en la investigación de todo el perímetro lindero a ‘El Chalet’”, ante la posibilidad de que el hallazgo del viernes tenga “posible relación con las y los compañeros detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar”.

A continuación, El diario reproduce el comunicado emitido por la Dirección de Derechos Humanos del Posadas:

“Por ‘El Chalet’ pasaron muchas personas y otras tantas que ni siquiera sabemos. Los restos hallados pueden ser de ellos”, puntualizó Chester. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) comenzó a trabajar en el lugar. Algunos de sus integrantes estuvieron ayer analizando el sitio y el modo en que trabajarán.

El padre de Zulema fue secuestrado y llevado al centro clandestino de detención que funcionó en esa institución sanitaria, ubicada en las cercanías de la Brigada Aérea de El Palomar y de Campo de Mayo; otro de los epicentros del terrorismo de Estado.

De hecho, el Posadas estuvo bajo jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército y en junio de 1976 quedó en la órbita de la Fuerza Aérea. Pero la causa judicial articuló responsabilidades también en la Marina.

En “El Chalet”, llamado así porque allí vivió un ex directivo del hospital hasta que fue intervenido en 1976, operó el grupo paramilitar autodenomiado SWAT, a cargo del represor Luis Muiña (beneficiado por el 2x1 de la Corte Suprema).

Los secuestros y las torturas de al menos 21 personas que ocurrieron allí fueron denunciados y juzgados en 2011. Muiña, el ex dictador Reynaldo Bignone (quien ordenó la intervención del hospital), Hipólito Mariani y Argentino Ríos fueron condenados por delitos de lesa  humanidad. El resto de los señalados como responsables de los tormentos murieron sin condena, tal es el caso de los represores Julio Estévez y Juan Máximo Coptelesa.