La escultura del Gallo de Morón fue una obra de Amado Armas y se inauguró el 11 de agosto de 1963.

Monseñor Presas dirigió estas palabras sobre la obra: “Caída en el olvido la leyenda española, para unos el Gallo de nuestro Morón es un político de barricada de fines del siglo pasado, para otros un célebre gaucho de tiempos idos; quienes aseguran sea un temible bandolero, quienes un hábil concejal de la comuna; hay algunos que simplemente señalan tal ave de rapiña, otros lo entienden de una célebre personalidad que dio forma a nuestro pueblo. Pero el origen de la verdad hay que buscarlo más lejos.

El juego de riña de gallos fue en tiempos de la Colonia una de las diversiones más excitantes y favoritas de los paisanos de campo, pero lo sangriento de esas riñas y la consiguiente excitación de los ánimos dieron motivo de que las autoridades lo reprimiesen y castigasen. Morón se hizo famoso en ese juego tan fiero. A sabiendas o a ocultas de las autoridades, el pueblo jugaba y gustaba de las riñas y hubo de ser en esos lances, comparando gallo con gallo y celebrando la valentía de las aves, que alguien soltó la frase “como el Gallo de Morón”, frase que encontró rápido eco en el público dando origen a una nueva modalidad del refrán español. 

La frase pasó, luego, a ser aplicada a los bravos gauchos y criollos del lugar y a todo hombre jactancioso y pendenciero. Más aún la frase fue purificándose con el tiempo y pasó a ser proverbial que Gallo de Morón es todo aquel que se destaca por alguna virtud personal, de autoridad o valer de ciencia o experiencia, de arte, cultura, de hombría y rectitud.”

El doctor Adolfo Speratti, en su libro Relatos Moronenses, dice lo siguiente: “Cuando era niño oía con frecuencia de labios de mi padre, criollo viejo, aquello de “no te hagas el loco porque vas a quedar sin plumas y cacareando en la mejor ocasión como el Gallo de Morón” El barrunto de que Morón tenía un gallo oculto en sus tradiciones ya era cosa aceptada desde antiguo. Nadie sabía ni por qué ni de qué. 

Cuando visité España y más precisamente Morón de la Frontera, conocí por primera vez el famoso “Gallo de Morón”, pero distinto al nuestro, que tiene plumas y es altivo y provocador. A mi regreso preparé una conferencia (en el Club Morón) y expresé los pormenores del viaje, exhibiendo un modelo del famoso Gallo, leyendo su inscripción, que dice: Allá por 1500 se dividieron en dos bandos los vecinos de Morón, los nobles y los llanos, capitaneados por sus respectivos alcaldes, enardeciéndose los ánimos y ambos grupos armados hasta los dientes, libraban verdaderas batallas. La Cancillería de Granada envió entonces como juez de instrucción para poner orden en la villa a un sujeto con fama de matón y perdonavidas. Los moronenses estaban cansados de sus bravuconadas e insultos, terminadas siempre con la muletilla “Donde canta este gallo no cantan otros”. Los dos bandos se pusieron de acuerdo y una noche lo sacaron al campo y después de dejarlo desnudo, le dieron una fenomenal paliza. Por dicho motivo se fue corriendo a campo traviesa a su pueblo, naciendo en ese momento el refrán “Te vas a quedar como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando en mejor ocasión”.

El Padre Presas le propuso al Dr. Speratti la idea de levantar un pequeño monumento al Gallo, pero no como el español, sino con plumas, arrogante, de riña. 

Desde 1968 la intendencia municipal entrega el premio Gallo de Morón a personas, instituciones, entidades, empresas que por el desarrollo de sus actividades, el apoyo a la acción comunal prestigien al partido y merezcan el reconocimiento general.

FUENTE: HISTORIA MORÓN