Ponen en funcionamiento una parroquia en una zona vulnerable de Casanova
BARRIO 17 DE MARZO

Ponen en funcionamiento una parroquia en una zona vulnerable de Casanova

El Colegio Parroquial San Juan XXIII y la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Ramos Mejía donaron fondos para la construcción de una Iglesia en el Barrio 17 de Marzo de Isidro Casanova, y la misma ya se encuentra en funcionamiento.

Ponen en funcionamiento una parroquia en una zona vulnerable de Casanova

Redacción El diario // Miercoles 27 de mayo de 2015 | 11:40

En un lugar olvidado, en el medio de Crovara y Ruta 3, se encuentra el Barrio 17 de Marzo, donde viven hacinadas más de 80 numerosas familias.Drogas, prostitución y muerte están a la orden del día. “Acá ni siquiera Jesús quiere entrar”, bromeaba hace unos años una vecina del barrio refiriéndose a la dura realidad a la que se enfrentan a diario. En ese lugar, donde nadie quiere entrar, para muchas de las personas la religión es una salida positiva al crudo entorno social.

Carla Mariel Vara, Responsable de Relaciones Institucionales del Colegio Parroquial San Juan XXIII, explica que la institución educativa comenzó hace varios años con una Misión al Barrio Almafuerte –más conocido como Villa Palito–, muy cercano a 17 de Marzo. “En esa Misión, los alumnos recolectan productos que la gente necesita y llevan las donaciones a la Parroquia del barrio, donde además realizan juegos y actividades de intercambio con los chicosque todas las tardes toman allí su merienda”, afirma Vara y advierte:“Esto se realiza todos los años, pero, hace alrededor de dos años, el Colegio en conjunto con la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ambos a cargo del Presbítero Pablo Zanor, se propusieron un objetivo más ambicioso, que consistía en meterse un poco más adentro y construir una Iglesia en un barrio que en verdad la necesitaba”.

Así fue que, con fondos de la Institución y de la Parroquia, se inició una obra que respondía al pedido del Padre BasilicioBritez –más conocido como “Bachi”–, que quería construir una Iglesia digna para el barrio en el que creció. María, una de las personas que colaboran en la actual Iglesia Nuestra Señora de la Esperanza, comenta emocionada: “El Padre Bachiun día fue a buscar un ladrillo y le ofrecieron una casa grande”. De esta manera, los fondos del Colegio y de la Parroquia hicieron realidad un sueño que muchas personas del barrio creían casi imposible.

Hoy en día, aunque faltan algunos detalles, la Iglesia ya se encuentra funcionando.María murmura entre risas: “Yo no quiero decir nada, pero la gente ve que la Iglesia está linda y pide acá el casamiento por ejemplo… Estuvimos dando fechas para casamientos”.

Es tal la magnitud de la obra que la nueva Iglesia se ha convertido en un lugar al que asisten incluso personas de barrios aledaños. “Viene gente de todos lados. Tenemos a Puerta de Hierro, San Petersburgo, San Alberto… hasta de 22 de Enero vienen chicos a catequesis acá”, dice María.

Micaela, una adolescente de 15 años que se desempeña como catequista, agrega: “la otra Iglesia era más chiquita y no entraba mucho la gente. Ahora sí, ahora entran todos, se re llena, vienen de todos lados… Está bueno”.

Las autoridades del colegio ramense se enorgullecen de la obra que se encuentra en su etapa final de construcción.El Lic. Carlos Alcaro, Representante Legal del Colegio, comenta: “es increíble ver hoy el resultado de lo que hace un tiempo era un proyecto que parecía tan lejano, y es admirable el trabajo de las personas en este lugar”. El Pbro. Zanor concluye: “Tenemos que agradecer a la comunidad de Ramos Mejía y a las familias del Colegio, porque, a fin de cuentas, esta obra se pudo lograr gracias al esfuerzo de todos ellos”.

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