– Habla Cristina y nos encontramos con distintas posiciones. Dirigentes que creen que ya declinó su candidatura a presidenta y otros que dicen que la puerta aún está abierta. ¿Qué análisis hacés?

Cristina no habla de candidaturas, pero si toca temas de fondo que se necesitan resolver. Creo que no solamente nuestra coalición sino la Argentina necesita un piso de acuerdos, cuestiones universales que todos coincidimos para pensar el desarrollo del país y a partir de ahí discutiremos sobre otras cosas. No nos podemos poner de acuerdo en todo porque objetivamente perteneceríamos a la misma fuerza y eso no es cierto porque la democracia tiene debates y pujas de intereses. Cristina le habla al conjunto del sistema político, social, económico, cultural. Llama a pensar en un piso de acuerdo que nos permita un sendero común, después vendrán las disputas lógicas que corresponden a los intereses que cada uno puede defender. Está claro que nosotros, los sectores populares, defendemos a la enorme mayoría del pueblo.

Hay un llamado a repensar la Argentina y los nuevos desafíos. Vivimos en un mundo cambiante, dinámico. Por un lado, hay una conversación púbica con el conjunto de los actores sociales y después también hay una conversación hacia adentro de nuestra coalición. Ahí debemos tener ejes programáticos, pueden ser cuatro, cinco, diez o veinte, no sé, pero que sean los puntos de coincidencia que nos hacen ser parte de un espacio común. Después cada una de las partes del Frente de Todos pueden tener los rasgos constitutivos que caractericen a cada una de las partes. Si eso lo hubiésemos hecho, evitábamos algunas discusiones, un caso es lo del Fondo.

– ¿Por qué pensás que faltó eso en el 2019?

Tiene que ver con que en el 2019 se construyó todo muy rápido. Estábamos navegando y construyendo el barco al mismo tiempo. Se logró salvar a la Patria de otros cuatro años de macrismo, imagínate lo que hubiese sido un Gobierno de esas características en la pandemia, por ejemplo. Creo que la Argentina debe construir una cultura de coalición porque el mundo ya no es bipartidista, sino bifrentista. Eso es que permita que permita procesar en unidad las diferencias. Para eso se necesita además mecanismos que institucionalice como se resuelve las genuinas y lógicas diferencias que existen dentro de un mismo espacio.

Estar sometidos al Fondo Monetario Internacional significó retroceder como país y lo hizo el macrismo. La negociación es parte de nuestro Gobierno y fuimos muy críticos, de hecho, nuestro espacio votó en contra en el Congreso porque eran unas condiciones incumplibles y veíamos que iba a pasar lo que está pasando. En todo caso, si se cumplen esas condiciones se lesiona el proceso de crecimiento, distribución e inclusión que debemos tener.

– En esta etapa el Frente de Todos tuvo la particularidad de representar más a la minoría que a la mayoría en términos electorales. ¿Eso debe revertirse de cara al 2023?

Creo que otra ingeniería electoral no hubiese permitido la unidad porque veníamos de un distanciamiento fuerte. En 2019 hubo que unir lo que estuvo separado con fuerza, no así nomás. Entonces es verdad que le tocó encabezar la fórmula a un sector minoritario, pero es una anomalía que se explica en el marco de la necesidad de unidad. Hace cuatro años la prioridad era terminar con la derecha y de otra manera no se hubiese resuelto.

Yo valoro muchísimo la estrategia que adoptó Cristina hace cuatro años, pero hoy es otro momento. Tenemos cuatro años de vida y debemos ordenar las cosas de otra manera, no puede ser es que la coalición se parezca más a la minoría que a la mayoría. No estoy diciendo que debe ser exactamente igual, porque la coalición debe ser la síntesis del conjunto, pero obviamente el peso específico de esa orientación de las mayorías tiene que condicionar de una manera más clara. Por eso nosotros creemos que Cristina tiene que ser la candidata a presidenta, porque es la líder mayoritaria en términos de representación en el Frente de Todos. Creo que no sólo garantiza el triunfo electoral, sino que garantiza la orientación que básicamente debe ser defender los intereses de las mayorías populares.

– ¿Y en Morón cómo estás viendo el proceso electoral dentro de la coalición? Hace varios meses sostenés que Lucas Ghi debe presentarse a la reelección.

Si, para Nuevo Encuentro Lucas es el candidato natural a intendente, lo venimos diciendo hace mucho tiempo. Además, es el elegido por la inmensa mayoría de las organizaciones políticas, sociales, gremiales y culturales de Morón. No es hoy el candidato institucionalizado porque el Frente de Todos todavía no lo resolvió y de hecho hay algunas organizaciones que aún no se han expresado y tienen todo el derecho de plantear otro candidato, candidata o apoyar a Lucas también. Pero lo que nosotros planteamos ya rompió las fronteras de nuestra organización y ya es asumido por amplios sectores.

– Sin embargo, desde algún sector del Frente Renovador plantearon cierto malestar

Yo me reuní con Martín (Marinucci) y no hablamos de candidaturas, hablamos sobre lo que creemos que tiene que hacer el Frente de Todos en Morón. Podemos tener muchas coincidencias, matices y diferencias, pero somos muy respetuosos mutuamente porque valoramos el espacio que estamos construyendo, hay una valoración reciproca respecto al aporte de cada una de las fuerzas. Por eso, cuando me comentaron la versión de una supuesta incomodidad respecto a la propuesta de Nuevo Encuentro me resultó extraño porque primero nunca me lo transmitieron y después porque ninguna fuerza se puede poner mal porque otra fuerza tiene candidatos. Cada fuerza tiene el candidato que quiere, el que considere mejor y no se lo impone a nadie.

– También se empiezan a plantear dudas en Juntos por el Cambio respecto a quién debe encabezar la lista local. ¿Creés que podría ser el ex intendente Tagliaferro?

La verdad no tengo idea cual será el candidato de la oposición, tampoco sé si es importante mi opinión al respecto y si corresponde. Ellos elegirán el candidato que quieran, pero hay una discusión obvia que tiene que ver con las gestiones. Nosotros tenemos una historia de Gobierno que confrontará con esa memoria inmediata de lo que fue a mi entender el desastre de los cuatro años del macrismo con Tagliaferro. Nosotros demostramos lo que significa gobernar una democracia de proximidad en un contexto como el que se vive, después de la pandemia y con una crisis económica global. Creo que si faltaba algo para comprobar la capacidad de gestión y el compromiso social de Lucas son estos tres años en medio de una tormenta difícil donde demostró ser un buen capitán del barco.