Un trabajo sobre 20 mil casos realizada por la consultora Aresco (Julio Aurelio) entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre, entregó una evaluación del nivel de aceptación de los intendentes oficialistas y cuánto le aporta cada municipio a la imagen de María Eugenia Vidal.

Esta encuesta se llevó adelante en 24 distritos del conurbano a los que se sumaron las ciudades de La Plata, Pilar, Bahía Blanca y Mar del Plata.

Los números seguramente encendieron más de una señal de alarma en la “mesa chica” de Vidal, ya que salvo San Isidro y Tres de Febrero (intendentes con buena imagen) en los demás distritos el nivel de rechazo es muy alto.

Los mandatarios locales que despiertan mayor rechazo son Néstor Grindetti (Lanús) y Julio Garro (La Plata). El primero manchado por el escándalo de los Panamá Papers y el segundo envuelto en sospechas por el confuso episodio donde ladrones se habrían llevado de su casa 4,5 millones de dólares. En el pelotón que viene justo detrás de Grindetti y Garro en mala imagen, se encuentran Nicolás Ducoté (Pilar) y Ramiro Tagliaferro (Morón).

El caso de Tagliaferro es el más emblemático y el que mayor preocupación despierta en el entorno de la gobernadora.

El intendente de Morón y ex esposo de Vidal tiene un 49.2% de imagen negativa y además traslada ese rechazo a la gobernadora, cuyo gobierno es reprobado en su distrito de origen por el 42.9 % de los encuestados.

Meses atrás, otro sondeo, esta vez de la consultora Poliarquía -empresa de la cual era socio Tagliaferro- ubicó al intendente moronense entre los 10 jefes comunales con peor imagen del Conurbano.