Deportivo Morón anotaba 11 fechas sin perder y otra vez acabó la racha en cancha de Quilmes en donde cayó por 2-1; tal cual pasara en el 2018 cuando se acabó otra de 12 con Walter Otta de técnico y en la temporada anterior en esa misma fatídica cancha en la que nunca ganó, la nueva de los “ Cerveceros”, se quedó afuera del reducido por penales.

Todo lo narrado no implica que la victoria de los locales sea justa en la noche de ayer y que el equipo de la dupla deberá replantearse varios temas si es que quiere acceder al reducido.

Anoche los laterales fueron desbordados siempre, falto contención en el medio y los delanteros generaron poco con un desconocido Leonardo Ramos a la cabeza.

Matías Levato solo contra el mundo fue victima de infracción en el área que convirtió Gastón González y en esos minutos el mencionado Ramos desperdició una clara oportunidad , mas un tiro libre de Angelini que casi se convierte en gol y un disparo de Ubeda. Todo esto en el primer tiempo.

En el segundo poco y nada, solo para la bronca de los hinchas del Gallo que vía radio o Tv veían como otro partido relevante, su equipo no ganaba como frente a Chacarita, donde perdió como local o frente a Al Boys donde empató también, como local y ante Almirante y Chicago como visitante donde volvió a empatar.

No ganar ningún partido en la temporada en los que los seguidores quieren hacerlo, cambia el humor por completo y hacen que mastiquen bronca. Les queda la ilusión cercana de clasificar al reducido, pero para ello deben ganar minimamente tres de los seis partidos restantes y no perder ni uno.

Por lo pronto el domingo serán locales ante Independiente Rivadavia en el nuevo Francisco Urbano en la que los tres puntos deberán quedar en casa. Si no, la cuesta será muy empinada. Volvemos al principio; ¡Ay! Morón.