El debut fue con un justo empate ante Dep. Riestra (1-1, gol de Gastón González) en el Nuevo Francisco Urbano. Siguió con una derrota ante el líder Belgrano de Córdoba (1-0), en Barrio Alberdi, a cancha llena. El Gallo mejoró pero no le alcanzó para llegar a la igualdad. Luego llegó Villa Dálmine al Oeste, un partido de seis puntos ya que el conjunto de Campana está en puesto de descenso. Morón logró un importante, necesario y trabajoso triunfo (1-0), con un golazo de tiro libre de Santiago Coronel.

El esperado encuentro ante Almirante Brown, en Isidro Casanova, fue empate (1-1). Morón empezó perdiendo y desdibujado pero pudo remontar un clima adverso de clásico, que se notó en el campo de juego, con un cabezazo impecable de Cristian Broggi.

De vuelta en casa y otra igualdad, ésta vez ante Gimnasia de Jujuy (1-1), con gol del debutante Leonardo Ramos, también de cabeza.

En líneas generales Dep. Morón mejoró su andar en el juego pero le falta plasmarlo en el resultado, Necesitaría ese par de triunfos para meterse en la conversación del Reducido. La llegada de cuatro incorporaciones: Leonardo Ramos, Javier Bayk, Matías Córdoba y Tobías Zárate, le dieron al equipo más presencia ofensiva. Además, la dupla Migliardi-Iturrería le va dando una formación base, en especial en defensa (la segunda menos vencida del torneo) y adaptando el juego también a las circunstancias del rival.

Siempre con vocación ofensiva y con convicción. Así lo manifestó el propio Chiche Migliardi con su habitual tranquilidad y con firmeza: “Nosotros no vinimos solo para sacar a Morón del mal momento y para promover jugadores de inferiores que conocemos, estamos convencidos de nuestro trabajo y nos propusimos el objetivo que el equipo clasifique al Reducido”. Concientes de la realidad, con los pies sobre la tierra pero con la ilusión de siempre, Morón va en busca de un presente mejor.