Por Luis Gambino
horaciogambino@hotmail.com

-¿Qué reseña podés hacer de tu paso como entrenador de básquet en Defensores de Hurlingham?
-Cuando llegué al club en el año 2009, con dos amigos que estaban en la comisión de básquet: Guillermo Herley y Pablo Cuello, estaba débil la cantidad de chicos, por lo que hicimos un trabajo de difusión y así empezaron a llegar. Fuimos de menor a mayor, ya había tres jugadores muy buenos; uno de ellos Matías Pisano, en la actualidad en Deportivo Morón, que con edad de Infantiles jugaba también en Cadetes, y cuando tenía edad de Cadetes también jugaba en Juveniles. A su alrededor se formó un lindo grupo de chicos. Eso fue lo principal, agregando que pasé cinco años muy lindos con chicos macanudos y muy respetuosos, nunca tuvimos ningún problema con ellos ni sanción disciplinaria en federación, ni nada que se le parezca.

-¿Y en lo deportivo?
-En la parte deportiva fue cinco o seis puntos ya que los chicos se iban a clubes vecinos como Argentino de Castelar, AFALP, y teníamos que reemplazarlos. Pasé momentos muy lindos en Defensores de Hurlingham.

-¿Cómo compiten la primera e inferiores?
-La primera se formó el año pasado (2013), con mayoría de chicos juveniles que se pasaban de categoría por edad. La mayoría eran Cadetes de primer año cuando yo agarré. Como no daban los tiempos para dirigir la primera lo hizo en mi lugar Claudio García en la Primera D de la Federación de Capital. En inferiores de Capital hicimos nivel 7 y subimos al seis. Posiblemente ahora, si se lleva a cabo la reestructuración anunciada, el club se beneficie al regionalizarse, la competencia y subir unos niveles, pero habrá que jugar en la primera etapa con equipos zonales de mejor nivel.

-¿Cómo es la etapa formativa de un jugador y cuánto cuesta retenerlos al ser tentados?
-Hay veces que a los chicos les prometen cosas para que vayan a jugar de otro lado y no les cumplen en cuanto a minutos jugados. Además, a veces, los padres inciden al creer que ir a un club mejor posicionado será más fácil acceder al profesionalismo, cuando los que se fueron no superaban el metro noventa y acá si no superás los dos metros es muy difícil ganar plata con el básquet lamentablemente.

-¿Qué le dejás al que viene a reemplazarte?
-Hay jugadores técnicamente dotados que entienden qué es lo que tienen que hacer para jugar en equipo. Para mí lo más importante que le puedo dejar al club es el equipo y los chicos saben que tienen que entrenar y dejar cosas de lado a veces para ir a jugar los partidos para beneficiar al equipo y no perjudicarlo. Son chicos muy unidos y se ha formado un lindo grupo que se juntan los fines de semana, ven películas, comen pizza y pasan bastante tiempo en el club y ahora en vacaciones están todos los días ahí en la pileta o tirando al aro y en estos tiempos es valioso, más que salir campeón o que subas a jugar en otro nivel.

-¿Cuánto llevás de entrenador Diego?
-Empecé a los 14 en El Trébol de Haedo, como monitor; a los 16, Oscar Urrutia me dejó como entrenador principal. Tengo 43 años y casi 30 como entrenador.

-¿Qué cambió en estos años en los chicos?
-La mentalidad, fundamental en estos años. Los padres no van a acompañar a sus hijos al club, en Defensores de Hurlingham tuve 90 pibes y conocí siete padres, antes los padres apoyaban más y lo mismo los chicos que ahora tienen cosas que antes no tenían. Computadora, boliches, o lo que sea, antes pasaban más tiempo en el club… hablo en general. Antes nos quedábamos más en el club jugando a lo que sea. Para mí el apoyo de los padres es fundamental para que los chicos practiquen cualquier deporte. Más en estos momentos que estamos viviendo que los chicos muchas motivaciones no tienen.