En el marco de una nueva jornada de la Bienal de Arte de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), el creador de las tapas de los discos y piezas gráficas de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Rocambole, expuso sus serigrafías y ofreció una clase magistral en el Patio de las Américas de esta Casa.

Tras agradecer la invitación de la Universidad, el artista plástico y diseñador gráfico Ricardo Cohen, más conocido como Rocambole contó anécdotas sobre sus tapas y destacó “el poder de la imagen”, puesto que en la actualidad y a través de los celulares los individuos viven “sumergidos en un bosque de pantallas que acosan con imágenes”, de lo cual resulta difícil abstraerse debido a los mensajes que transmiten.

Según “el mono”, mediante la web, los celulares, la tv y lo audiovisual, “existe una suerte de vigilancia que induce al consumo, muchas veces desmedido, para ser ganadores, bellos y grandes personas”, y por ende “la representación de algo puede llegar a valer más de aquello que está representando”.

Con una trayectoria que lo llevó a ilustrar tapas y contratapas de los discos más vendidos de una de las bandas de rock más trascendentes y convocantes del país, Rocambole explicó que “hoy todo es diseño”, ya sea de imagen, multimediales, industriales, producto de que “se diseña desde una silla, una campaña política, el perfil de un artista y todo lo que va a ser algo representativo para alguien”.

No obstante, el artista plástico, que siempre comienza sus trabajos con algún dibujo o pintura, reflexionó que lo más importante radica en percibir “dónde empieza la realidad y dónde está lo que se diseña y quiere representar”, y que, además, a él le interesa más “aquella imagen que podía ser reproducida y puede ser patrimonio de todos”.

A pesar de que sus ideas surjan con un lápiz y papel, el creador de numerosas tapas discográficas no escatima el avance tecnológico de las últimas décadas, que puede facilitar herramientas para su trabajo.

Finalmente, y a modo de cierre para las decenas de preguntas realizadas por los alumnos y vecinos que se acercaron a aplaudirlo, el ídolo cultural rememoró la anécdota de la creación de la tapa y contratapa del disco “La Mosca y la sopa”, en la que utilizó “una momia perfecta de un gato” que había quedado en su techo con goteras de su taller y que luego lo adhirió a la puerta que hacía de cuadro para ese diseño tan visualizado por los fanáticos.