¿Cómo comenzó tu contacto con la música?

- Mi abuela nació en una gira. No me dejaban estudiar canto, mi familia me decía que de eso no se vive, y es cierto que es difícil. De jovencita no me subía al escenario porque me moría de vergüenza, cantaba entre medio de mis compañeros, iba al coro de la escuela y en la misa, los domingos, para cantar entre la gente, me ponía (y me pongo) colorada. Ya más grande, de casualidad, conocí a un cardiólogo que tenía contacto con un músico del ambiente, guitarrista. Me llevó a que lo conozca, me tuvo dos años haciendo repertorios, con la guitarra, tocaba las notas y yo cantaba a la par. Y desde los 26 años no paré de cantar.

¿Por qué Susi Cané?

- En realidad me llamo Mirta Susana Amalfi. En principio me hice llamar Susana Morales, pero mi profesor de canto me dijo que era muy largo. Entonces, de un libro, empecé a anotar todos los apellidos que me gustaban. Llegué a Miguel Cané, me gustó y me quedé con Susi Cané. Hoy quisiera haberme puesto Susi Cané Amalfi, por el apellido de papá.

¿Hay algún artista que te inspire al cantar o escribir?

- Tengo muchas referencias de gente muy buena, como Virginia Luque, Nelly Omar, Estela Raval, Violeta Rivas. Imitaba de chiquita, jugando, bajando las escaleras con una cuchara, cantando.

En el nuevo disco hay un tema dedicado al cura brochero, ¿cómo surgió?

- Fui hace siete años al cura brochero. Salió sin querer. En enero del año pasado, en el tren, con el celular, empecé a escribir frases que me salían, lo escribía y me lo mandaba por mensaje de texto para no perderlo. Llegué a la grabadora y grabé ese día el resto de los temas del disco. A las dos semanas le comenté a uno de los músicos con vergüenza que había hecho algo: lo vio, se lo llevó y le pusieron la música. El tema del curita es chamamé, la música la puso Osvaldo Rivas. Estaba tan emocionada que lo grabé en una sola toma. Mi intención es llevar la canción, que la conozcan, está hecha desde el corazón.

¿Cómo nació la canción que le escribiste a tus hijos?

- La hice en el momento que me separé, donde los chicos también sufren a la par de los papás. Está grabada dentro de un proyecto para chicos. Les dejo a mis hijos lo que no pudieron dejar mis bisabuelos, que cantaron y sus letras se han perdido en la familia. Dejo la continuidad de algo que hicieron en su momento.