La obra se realizó sobre la calle Crisólogo Larralde debajo del puente Lebensohn, entre Castelar y Morón. Pero nadie puede explicar el verdadero sentido de la intervención ya que se trata de un bloque que acompaña el sentido que siempre tuvieron esas arterias.

Más allá de la utilidad o no de la obra, lo cierto es que la gestión Tagliaferro sumó un obstáculo que antes no estaba: Colocó dos rampas para discapacitados que desembocan en un foso formado por el cordón de la vereda preexistente a la obra y el de la misma obra, lo que hace imposible el paso de cualquier persona en sillas de rueda.

Esta insólita obra se suma al “bacheo” que el municipio realizó los días previos a las PASO, en distintos puntos del partido y que ya se encuentra nuevamente roto. Si el plan del macrismo de Morón era salir a mostrar las obras y presentar a Tagliaferro como “el intendente de las obras” deberán ajustar la puntería.