Homenaje a Bernardo Di Vruno (hijo), defensor de la educación y la cultura para todos
A DOS MESES DE SU PARTIDA

Homenaje a Bernardo Di Vruno (hijo), defensor de la educación y la cultura para todos

Este miércoles se cumplen 2 meses de la inesperada partida de Bernardo Di Vruno (hijo). Moronense, músico multi-instrumentista, fundador de la Escuela Taller Municipal de Artes y Artesanías Folklóricas y activo y defensor de la educación y la cultura para todos, próximamente será declarado ciudadano ilustre post mortem. Su entrañable compañera, Beatriz, lo despide.

Homenaje a Bernardo Di Vruno (hijo), defensor de la educación y la cultura para todos

Redacción El diario // Martes 27 de junio de 2017 | 13:10

 

Mg. Beatriz Mastrángelo
DNI 6722008

BERNARDO DI VRUNO (1950 – 2017)

 

Por Beatriz Mastrángelo *

Había nacido en Haedo, partido de Morón, el 1 de enero de 1950.

Si bien durante muchos años vivió en Capital, su corazón siempre estuvo en el Oeste y hacía años  había vuelto a vivir a Morón, cuando le tocó iniciar su última gira…

Amaba la música, era su vida. Jugaba con ella. Su mente era musical. Le divertía pensar, crear melodías o acordes, o simplemente reconocer enlaces armónicos que lo sorprendieran.

Era un creador, estudiante infatigable, músico a tiempo completo, disfrutaba escuchar los diferentes paisajes sonoros con los que se encontraba, incluyendo el silencio particular de algún lugar de nuestro país, al que tanto amaba.

Así era Bernardo.

Lamentamos profundamente su muerte, y la sentimos aún más, por lo inesperado de su partida. Gran músico, multinstrumentista, y educador musical, falleció el pasado 28 de abril a los 67 años.

El pueblo de Morón en particular y el mundo de la cultura, el arte y la educación argentina en general, lo extrañará especialmente por su gran trabajo en función de la defensa y difusión de la música popular y la educación musical.

Era Profesor de Guitarra egresado del Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo y Licenciado en Artes Musicales, por la Universidad de las Artes de Buenos Aires.

Profesor y Director del Área de Música Popular, por él mismo creada, del DAMus - UNA.

Su actual Rector, el Lic. Julio César García Cánepa, así lo recuerda de cuando lo conoció en sus clases de Acústica Musical y Organología:

“… se me presentó un joven estudiante –guitarrista, delgado y muy inquieto– que poco después de comenzar la clase mostró un interés muy particular por la materia y confesó su amor por los instrumentos folklóricos, cuyo funcionamiento acústico quería conocer.

Con el correr del tiempo, Bernardo Di Vruno fue creciendo, alcanzó su título de Profesor Nacional de Música y se transformó en uno de los maestros e instrumentistas referentes de nuestra música y de la música latinoamericana.

Fue el impulsor de muchos y trascendentes proyectos en el ámbito de la música popular. En el Conservatorio Nacional, cuando el Rector era el Maestro Julio Fainguersch (…), comenzó a dictar sus cursos (…): una numerosa asistencia atraída por el talento musical, la capacidad pedagógica y el permanente entusiasmo de Bernardo, se hacía presente sábado tras sábado. Todos recordamos aquellos encuentros de fin de año cuando –al cerrarse el ciclo académico– la Sala Roberto García Morillo se transformaba en una musicalmente colorida peña folklórica con Bernardo y sus alumnos tocando y cantando temas dentro de un contagioso ambiente festivo.

Músico total, ejecutaba con solvencia todo instrumento que llegaba a sus manos.  Era un verdadero hombre orquesta…

Querido Bernardo… nuestro agradecimiento por todo lo que nos has brindado.”

 

Atento y curioso, investigador sin descanso, se desempeñó también como docente en la carrera de Musicoterapia de la UBA y en Conservatorios Provinciales y Municipales, como el Manuel de Falla de C.A.B.A, y el Luis Gianneo, de Mar del Plata.

En Morón, fue fundador, junto con su hermana Nora, de la Escuela Taller Municipal de Artes y Artesanías Folklóricas, escuela gratuita para el conocimiento y práctica de la música folklórica y la textilería de nuestros pueblos americanos originarios. Se desempeñó en ella como Director y docente desde su creación en 1983 y para la Escuela publicó numerosos cuadernillos de estudio del pinkullo, la quena y otros instrumentos folklóricos argentinos. El reconocido charanguista Jaime Torres fue el padrino de la Escuela. Su actividad incesante lo llevó a grabar varios CD con estudiantes de la Escuela y compartir escenario con otros grandes artistas como Leda Valladares, Suna Rocha, Pedro Aznar, Tucuta Gordillo, entre tantos otros.

Preocupado por la educación musical, tanto en las escuelas como en el ámbito universitario, dictó cursos de perfeccionamiento y actualización para docentes en Ciudad de Buenos Aires y otras ciudades del interior de la provincia. Fue Asesor en Música Latinoamericana, para el Programa de Intercambio Sur-Sur en UARTES, ciudad de Guayaquil, en Ecuador, por Convenio realizado entre el DAMus - UNA y la Cancillería Argentina.

Como músico realizó varias giras por diversos países de América y de Europa, obteniendo premios internacionales, y grabó varios discos compactos, participando también como músico invitado en numerosas ocasiones.

En sus últimos tiempos se había dedicado especialmente al acordeón, realizando presentaciones en concierto, dando clases, y preparando un método para la enseñanza del acordeón diatónico y cromático B System.

Fue un ferviente defensor de la música popular argentina, a la cual llevó a los ámbitos académicos. Le preocupó siempre la justicia social y actuó en defensa de los derechos humanos, manifestándose política y comprometidamente con convicción y sin temores, desde su juventud y hasta sus últimos días.

Excelente padre, hijo, hermano, tío y amigo. Fue una amorosa persona, atento y cariñoso con niños y adultos mayores de la familia, para quienes tenía siempre algún  gesto o palabra que manifestaban su genuino amor e interés.

Creativo e inquieto, activo generador de proyectos, pujante y laborioso, estudiante full time, dador de oportunidades, muchos de sus discípulos y amigos recibieron de él, más allá de sus enseñanzas, múltiples y variadas oportunidades a nivel artístico y laboral.

Uno de sus alumnos particulares, Juan Geyer, norteamericano, me hizo llegar una preciosa carta de la cual deseo compartir algunos fragmentos:

Él fue mi maestro y un gran amigo. Es más, Bernardo fue la razón por la que vine a vivir a Buenos Aires. Su ausencia ha dejado un doloroso vacío en mi corazón; tal es así que hasta ahora tocar el acordeón me ha resultado imposible.

Seguro que él desearía que todos nosotros continuásemos practicando y tocando. Tendremos que reemplazar el vacío causado por su partida llenándolo con hermosas memorias y recuerdos de su amistad y ganas de vivir.

Bernardo cambió las vidas de todos nosotros. Su influencia musical se esparció por todo el continente. A pesar de su éxito en la música y en construir desde cero el Departamento de Música Folklórica en la UNA, Bernardo siguió impartiendo clases a unos muy pocos y afortunadísimos alumnos particulares. Siempre recordaré sus lecciones. Aún cuando yo estaba deprimido, Bernardo me impulsaba a estar bien y mejorar. "Dont Worry, Be Happy" fue una frase que continuamente me decía para darme ánimos. Su entusiasmo era contagioso y con frecuencia me salvaba de mis caídas depresivas forzándome a disfrutar de nuestra hora de clase juntos. Por eso mis visitas fueron como un tónico rejuvenecedor, mejor aún que el que proporciona un psiquiatra.

(…)

Sé que volveré a tocar acordeón con renovado fervor y con exultante memoria por Bernardo; lo mismo que su hermosa pareja Beatriz, su familia y amigos, y todos aquellos a los que influyó. La magia de su música es solo superada por su humanidad como hombre. No he vuelto a tocar desde que se ha ido de este confuso orbe, pero lo haré. Él vivió con la música de los ángeles en su alma. Y así, ha estampado su pasaporte a la eternidad y vivirá por siempre en nosotros.

¡¡¡Te veré de nuevo amigo!!! Y así me podrás enseñar un nuevo chamamé.

La vida me brindó la hermosa posibilidad de reencontrarnos (habíamos sido antes compañeros de trabajo en la ETAArF de Morón) y compartir con él como pareja sus últimos nueve años de vida. Pude conocerlo mucho, valorarlo y disfrutar especialmente de los pequeños detalles y amorosas atenciones que me regalaba en la cotidianeidad de la convivencia. Era tan divertido, ocurrente, gracioso y sobre todo, tan buen compañero…, tan hermosa persona, que quedará para siempre en mi corazón, con los mejores recuerdos de haber vivido ricas y valiosas experiencias musicales, aventuras y viajes por la Argentina y el exterior. Y estoy segura de que lo mismo ocurrirá, en todos/as aquellos/as que pudieron disfrutarlo como docente, colega o amigo.

Partió muy pronto; todavía tenía mucho para darnos.

“Se nos fue un imprescindible” dijo su colega y amiga Cristina Vázquez, Decana del Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la UNA, al despedirlo.

 

Su acordeón, nuestra música, vecinos y vecinas que poblaban las aulas de la ETAArF de Morón y muchos/as de nosotros/as, lo extrañaremos muy profunda y sinceramente.


* Mg. Beatriz Mastrángelo

DNI: 6.722.008

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