Nosotros hicimos lo que nos indicaban por teléfono. No pensamos nada, nuestro hijo estaba sufriendo. Hay que estar atento a estas situaciones y tomar precauciones

Ante la desesperación juntaron todo el dinero que tenían en su hogar y siguieron las instrucciones de los delincuentes, quienes los guiaron hasta el paso a nivel de la estación Castelar, en Mitre y Rivadavia, donde se produjo el pago.

Pero ese primer pago no dejó conforme a los delincuentes, que en una primera instancia habían exigido 100.000 dólares para no matar al hijo, Francisco, que supuestamente tenían secuestrado, y le pidieron al matrimonio más dinero.

El empresario se dirigió entonces a un banco e hizo un retiro de efectivo para realizar el segundo pago exigido por los secuestradores, que se concretó en la calle Buenos Aires, cerca del Banco Provincia. Este segundo pago tampoco conformó a los delincuentes, que le solicitaron nuevamente más dinero.

Pisano se dirigió por segunda vez al banco. Esto llamó la atención de la gerenta del banco que le preguntó qué era lo que sucedía. Fue ahí cuando el empresario le contó sobre el secuestro. En ese momento la gerenta llamó por teléfono a la supuesta víctima, que estaba en su trabajo, y fue recién ahí que cayeron en la cuenta que habían sido víctimas de un secuestro virtual. Ya era media mañana cuando, confirmada la modalidad virtual del secuestro, la familia radicó la denuncia respectiva.

Esta mañana Isabel, esposa del empresario y madre de la supuesta víctima de secuestro, salió a hablar públicamente en declaraciones a A24 para tranquilizar a familiares y amigos a quienes todavía no vieron: “Hay que estar en la situación, no pudimos discriminar que no era la voz. Nosotros hicimos lo que nos indicaban por teléfono. No pensamos nada, nuestro hijo estaba sufriendo. Hay que estar atento a estas situaciones y tomar precauciones. Yo no pude”.

Actualmente la Justicia trabaja sobre las cámaras de seguridad de la entidad financiera y las que están ubicadas en el centro de Castelar.

Como suele suceder en estos casos, el hecho ocurrió de madrugada, cerca de las 6 de la mañana del martes, momento en que los delincuentes aprovechan el estado de confusión de sus víctimas que por lo general se encuentran durmiendo.

El caso tiene lugar en el marco de una ola de secuestros en la zona oeste del Conurbano, especialmente en Morón y Castelar, en donde en los últimos meses se produjeron al menos cuatro casos de secuestros extorsivos.