De la maldita policía de Duhalde a jefe de la Bonaerense de Vidal
BUENOS MUCHACHOS

De la maldita policía de Duhalde a jefe de la Bonaerense de Vidal

El ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, presentó en la Vucetich a todos los comisarios generales comandados por Pablo reéis, el ex Halcón de la maldita policía de Duhalde recomendado por la DEA. No es el único que tiene estrechas relaciones con las agencias estadounidenses. Otros arrastran acusaciones de torturas, homicidio culposo, cohecho, discriminación y hasta acoso sexual.

De la maldita policía de Duhalde a jefe de la Bonaerense de Vidal

Redacción El diario // Viernes 29 de abril de 2016 | 10:54

El ministro de Seguridad de la gobernadora María Eugenia Vidal dio a conocer a los 24 comisarios generales de la Policía Bonaerense, a quienes les confió –según sus textuales palabras- “la vida de todos los habitantes de la provincia de Buenos Aires”. El acto se realizó el lunes en la Escuela “Juan Vucetich” de Berazategui, donde se confirmó a Pablo Alberto Bressi como jefe de la fuerza, y a Rubén Fabián Perroni, como Coordinador Operativo de Seguridad, ambos designados desde mediados de diciembre.

Bressi, de 49 años, fue recomendado para el cargo por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). En Washington lo conocen desde la época en que se entrenó como negociador en los cursos del Departamento de Estado, cuando integraba el Grupo Halcón de la maldita policía de Eduardo Duhalde. Tuvo oportunidad de aplicar esa formación en 1999, durante el asalto al Banco Nación de Ramallo, pero no le fue bien: sus camaradas de arma terminaron masacrando a balazos a dos delincuentes y dos rehenes.

Otro Eduardo Pérez Rejón ya se desempeñó como secretario general de la fuerza, cuando la comandaba el nefasto Pedro Klodczyk. Luego de su pase a retiro lo procesaron por tormentos a detenidos, pero logró quedar en libertad y desde entonces ejerció como abogado defensor de varios represores de la dictadura en causas de lesa humanidad.

Rubén Perroni también tiene un oscuro pasado en la maldita policía. El 19 de noviembre de 1997, el diario Hoy de La Plata informaba que la justicia lo había imputado y detenido por “torturas y violación de los deberes de funcionario público”. En esos hechos, ocurridos cinco años antes en la Comisaría Novena, estuvo involucrado Walter Abrigo, uno de los policías que más tarde sería condenado a prisión perpetua por el asesinato y desaparición de Miguel Bru.

En tanto, el designado al frente de la Superintendencia de Investigaciones, Jorge Marcelo Pissaco, se vio envuelto junto a otros 13 uniformados en delitos de cohecho entre 1998 y 2000, cuando era subcomisario en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro. Su nombre apareció en la agenda de Vicente Serio, quien regenteaba con cobertura policial una red de prostíbulos en San Miguel, José C. Paz y San Fernando.

Por último, el comisario general José Luis Quarleri fue puesto al frente de Seguridad Rural pese a las denuncias en su contra por acoso sexual. Una de las mujeres policías que trabajaba bajo su órbita en Cañuelas declaró ante Asuntos Internos que Quarleri la comenzó a hostigar el 30 de octubre del año pasado, a través de mensajes de Whatsapp.

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